¿Alguna vez has estado atrapado en un elevador o en un lugar encerrado sin poder dar si siquiera dos pasos? Imagínate si además de este suplicio, solo te sacaran para enseñarte a hacer trucos antinaturales a base de golpes, electroshocks, quemaduras, etc. o para mostrar los trucos aprendidos frente a multitudes de seres extraños que “disfrutan” entre aplausos y risas, mientras tú sufres ansiedad y temor… Con seguridad no soportaríamos esta condición por mucho tiempo, ni siquiera un mes o un año, mucho menos quince años, que es el promedio que un elefante sobrevive en la miserable vida de circo, mientras en su hábitat viviría 60.
Cuando condenar a cadena perpetua a otros seres vivos por el “delito” de ser maravillosos, es visto
como algo normal y hasta atractivo – en tanto hay gente dispuesta a pagar por ver esto -, cuando el
conductor temerario que chocó contra una ambulancia causando una gran tragedia sale libre y ufano, pero los animales del circo permanecen enjaulados sin haber cometido delito alguno y sin posibilidad de libertad bajo fianza, algo anda muy mal...
Los circos con animales, así como tantas otras formas de explotación animal, reproducen y reafirman el patrón cultural de abuso a otros seres vivos, la ausencia de empatía e interés por el bienestar del otro y la manifestación cruda del egoísmo humano; todas prácticas relacionadas directamente con los niveles de violencia de nuestras sociedades. Así, en aras del lucro y el “entretenimiento”, se despoja de toda dignidad a los animales no humanos.
Los animales llegan a los circos muchas veces secuestrados de su hábitat original por redes ilegales, el tráfico ilegal de animales es un negocio jugoso que mueve aproximadamente 6 billones de dólares anualmente, según la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre (Wildlife Conservation Society, WCS). En estas redes, los animales son capturados por cazadores furtivos, que secuestran a las crías tras matar a parte de su grupo familiar para volverlos más vulnerables. Luego, “estos indefensos animales deben soportar condiciones durísimas de transporte, viajando cientos y miles de kilómetros hasta llegar a su destino final, que si no es la muerte en la ruta, es el confinamiento de por vida en el circo”; donde son entrenados en rutinas dolorosas, violentas y abusivas para sacarle réditos a la inversión.
El castigo físico es el método estándar de entrenamiento, prácticas como clavarles ganchos de metal en las partes más sensibles del animal (orejas, barbilla, entre las patas, etc.) han sido ampliamente documentadas en investigaciones encubiertas de organizaciones internacionales de protección animal, como Gente por el Tratamiento Ético de los Animales (People for the Ethical Treatment of Animals, PETA) y Defensores Internacionales de los Animales (Animal Defenders International, ADI). Además, los bajos salarios y las malas condiciones de trabajo de los empleados, resultan en un abuso sistemático y la total desprotección de estos animales, muchos de los cuales están irónicamente en peligro de extinción.
La muerte lenta de los animales en los circos, implica el padecimiento de enfermedades propias de su confinamiento, trastornos psicológicos, conductuales y físicos, tales como: la miopatía por captura (degeneración de músculos y huesos, pérdida de coordinación, depresión clínica, parálisis e incluso la muerte) y la zoocosis (caracterizada por nerviosismo, movimientos repetitivos/obsesivos, automutilación, etc.). Con el agravante de tener contacto directo con una gran cantidad de enfermedades endémicas de los lugares donde se desplazan, corriendo el riesgo de contraerlas e infectarlas después a animales humanos y no humanos.
Finalmente, estos animales representan un peligro permanente para la seguridad de los espectadores, los trabajadores del circo y la sociedad en general. Si no, revisemos el caso reciente de un domador del Circo de los Hermanos Suárez en México, quien fue herido de muerte por un tigre en plena función. ¿Y quién fue la víctima? sin lugar a dudas, la primera víctima fue el tigre.
Pero todo esto se puede evitar, por eso en El Salvador ya es tiempo de prohibir la inclusión de todo tipo de animales (domésticos y no domésticos) en los circos. Si en la vecina Nicaragua esto se hizo en enero de este año, ¿Por qué nosotros no? De hecho, Costa Rica nos lleva la delantera por 10 años. Y alrededor del mundo, los países que han prohibido o restringido los espectáculos de circos con animales incluyen a: Bolivia, Paraguay, Canadá, Israel, la India, Singapur, Alemania, Austria, Croacia, Suecia, Suiza, Dinamarca, Finlandia y localidades de Argentina, Brasil, Estados Unidos, Inglaterra, Grecia, Australia, entre otros.
Entonces no son necesarios los animales para tener circos exitosos, miremos el caso del circo más
famoso del mundo: Cirque du Soleil, que no utiliza animales en ninguno de sus actos. ¿O es acaso que estas personas no se consideran lo suficientemente talentosas como para lograr por si solas satisfacer al público?
Autoridades y pueblo salvadoreño, por ética, por la no violencia y por la seguridad de todos:
Transparentemos la carpa… NO A LOS CIRCOS CON ANIMALES!
Por Tania Grande, Vicepresidenta de la Asociación al Rescate de los Animales (ARANI)
